El mango de la ventana está del lado de él, ella quiere que la abra pero él no lo acaba de hacer. En vez de eso, sigue intentando tocarla a través del cristal, sigue tratando de hacerle llegar sus palabras desde el otro lado. ¿Por qué no abre la ventana?
A ella solo le queda una opción y él lo sabe. La impotencia la lleva a aporrear la ventana y sus puños cerrados revientan el cristal en mil pedazos, que salen volando disparados y les cortan la piel. Por fin están frente a frente. El alarga su mano y la toca. Y ella se aparta porque sus dedos hacen que le escuezan las heridas.
Le tiene delante, la tiene delante. Ya nada los separa. Pero ahora, ahora les duele demasiado...
Una buena metáfora.
ResponderEliminarAcabo de ver una película en al que los protagonistas se enamoran a través de un cristal.
En el momento en el que llegan a tocarse el estremecimiento es tal, que son incapaces de moverse o hablar.
La fuerza de un anhelo.
Buenas noches :)
La entrada es muy buena. Se puede sentir la frustración y como siempre Doctor Deseo acompaña a la perfección en ese tipo de momentos.
ResponderEliminarTantos deseos de tener algo, y luego sentir que corta como el cristal. Ojalá las heridas sanen para bien, sea en compañía o en soledad.
Muxu handi bat.
Me encanta. Se te echaba de menos ^_^
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