Hay veces en las que hay que echar a volar antes de pensárselo en exceso. Porque si se tarda demasiado tiempo, a veces se olvida qué era aquello que nos impulsaba a batir las alas y una se queda mirando a través de la ventana pensando en por qué no voló cuando lo supo. Lo cual es una idiotez máxima.
En ocasiones, ser tan racional resulta sumamente extenuante y comprobadamente improductivo. Cada vez tengo más claro que darles mil vueltas a las decisiones importantes es contraproducente... Incluso se puede llegar a pensar que no se quieren cosas que en realidad si que se quieren. Se pierde la espontaneidad del momento, se pierde la magia, la emoción. Y con ellas, se van volando sin nosotros las ganas de hacer aquello que tanto deseábamos.
Hay momentos en la vida en los que simplemente hay que dejarse llevar por las corazonadas. Sin pensar, solo actuar.
Lo tendré en cuenta para la próxima vez que vuelva a apoderarse de mi esa sensación...
Adoro esa canción.
ResponderEliminarAñadiría que hay momentos en la vida en los que hagas lo que hagas, tienes que saber que no puedes arrepentirte.
Un besote